MEDIACIÓN Y FÍSICA CUÁNTICA - escrito por Flavia Lorena Pereyra
- Arete Consultoras
- 27 jun 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 27 jun 2020
"No podemos solucionar nuestros problemas con las mismas líneas de pensamiento que usamos cuando los creamos" Albert Einstein

Para dar inicio me gustaría manifestar que el presente escrito pretende “teorizar", de algún modo, acerca de la nueva realidad que nos toca hoy vivir. Estamos ante un cambio de paradigma, ante nuevas realidades y con ello se generan nuevas posibilidades, nuevas oportunidades que pueden ser probables o ciertas…
Cuando comencé hace ya muchos años mi trabajo como mediadora tanto en el ámbito de la praxis concreta como mediadora comunitaria, pre judicial y educativa y luego como capacitadora en la materia otras eran las formas de “hacer” mediación.
Hoy con entusiasmo veo y siento que la misma siga siendo un canal y una forma de resolver pacífica y colaborativamente los conflictos de los participantes y que además a diferencia de lo que he escuchado de varios colegas, siento mayor cercanía y vínculo con las partes; utilizando un término desde las tic´s y desde la energía me siento mucho más “conectada”.
Ante ello me han surgido muchas preguntas en el quehacer cotidiano que tienden a la revisión de las normas de ética y deontología profesional como y además a las cuestiones procedimentales no sólo de las “formas” en la práctica (los hechos) sino que y además en prestarle atención al “derecho procesal”.
Todo ello me llevó a leer y a ver experiencias a nivel regional y de otros países en el cómo hacer mediaciones “virtuales” o como me gusta llamarlas a mi, mediación presenciales bajo la modalidad virtual o mediaciones “mediando la tecnología”; porque la realidad que mis ojos observan es que a las personas, sean partes o sus asesores legales y técnicos yo los veo, los escucho y hasta podría decir que muchas veces por ese “conectar” del que antes hablaba “los siento” pues los percibo mucho más allá de su lenguaje verbal o no verbal, he llegado a “conectar” energéticamente con algunos y esa energía de la que hablo me llevó a seguir buceando y buscando los porqué y al seguir desafiándome en la búsqueda de aquello que va más allá de lo que puedo oler, tocar y ver físicamente, me llevo a buscar y a seguir admirándome e instruyéndome en temas como la filosofía (y ahí escribí un artículo sobre mediación y filosofía del derecho), luego pasé por la ontología del lenguaje del querido Rafael Echeberria y ahí volví a repasar conceptos y a buscar textos que hacía años que no re leía y me volví a encontrar con los pre socráticos, con los sofistas, luego con Socrates, Pláton, Aristóteles, Santo Tomás, para llegar a Niesztche, Heidegger y Maturana y darle legitimación a aquello que dice que el LENGUAJE genera SER – que Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos – Interpretamos al lenguaje como generativo – Interpretamos que los seres humanos se crean a si mismos a través del leguaje (los 3 postulados básicos de la ontología del lenguaje) – y ahí se me vino a la mente la teoría de las narrativas y lo que nos contamos sobre nosotros mismos y lo que otros “dicen” de nosotros y como poco a poco nos vamos creando nuestro sistema de representación, nuestro mapa mental (creencias, religión, cultura, idiosincrasia, emoción, educación) y nos convertimos en éste observador que somos hoy y que podemos o no seguir siéndolo según ELIJAMOS seguir “viviendo”.
Con todo “ese ruido en mi cabeza” retomé otro amor, para poder darle forma a lo que hoy quiero compartir con ustedes y me fui a la física cuántica y allí a los principios de Probabilidad – Incertidumbre y al entrelazamiento cuántico – todo para luego dar una conclusión sobre esta profesión tan noble que ejerzo que es la de ser facilitadora de la comunicación, con una ideología pacífica, colaborativa y solidaria.
PRINCIPIO DE PROBABILIDAD O DE CERTIDUMBRE
Solo hay una realidad física (principio de incertidumbre) tal cual lo sostenía Albert Einstein y Erwin Schrödinger‒ que no podían aceptar que la teoría fundamental de la física “sólo” pudiera darnos probabilidades. Argumentaban que sólo había una realidad física, y que por lo tanto una verdadera teoría de la física tenía que poder decirnos, con total certidumbre, cómo era esa realidad.
Por otro lado, por aquellos años (1920 – 1930), estaban los defensores de la “ortodoxia cuántica”: gente como Niels Bohr o Werner Heisenberg, que sostenían que la cuántica era una teoría probabilística, que nos permitía calcular la probabilidad con que tal o cual cosa puede ocurrir y no se podía ir más allá.
Dicho debate, en 1935 fue “asaltado” por unas publicaciones de dos colaboradores de Einstein que dijeron que y si bien la teoría cuántica podía no estar bien, en realidad “morigeraron” el relato manifestando que: “…Quizá no estaba mal, específicamente: quizá sólo le faltaba alguna pequeña pieza necesaria para que todo encaje. Ese fenómeno es lo que hoy conocemos como entrelazamiento…”
REPASEMOS
En la física pre-cuántica (la que solemos llamar física clásica) todos los objetos tienen propiedades definidas, como les gustaba a Einstein y Schrödinger: el aire tiene una densidad, un mineral tiene un color; si lanzo una piedra ésta se moverá a cierta velocidad, estará a cierta altura sobre el suelo, quizá gire sobre sí misma a tales o cuales revoluciones por minuto. En las ecuaciones de la física clásica estas propiedades son números. Yo puedo no saber cuánto valen esos números, pero no hay duda de que están ahí, y por eso la realidad sigue existiendo aunque yo cierre los ojos.
En física cuántica la situación es un poco más complicada. Hay fenómenos físicos que sólo se pueden entender si algunas de esas propiedades tienen múltiples valores. Es decir, que para entender lo que observamos necesitamos que un electrón se mueva “con varias velocidades”, o que un fotón esté “en varios sitios”. Esto es menos grave de lo que parece: las frases en castellano parecen contradictorias, pero hay cosas perfectamente cotidianas que están en varios sitios a la vez y no pasa nada. Por ejemplo: el sonido, que está en varios lugares de una sala al mismo tiempo. El sonido también puede tener varias velocidades, si las frecuencias agudas se mueven más rápido que las graves, o al revés.
Esta situación, en la que un objeto cuántico muestra muchos valores de alguna propiedad, se llama superposición, y es un rasgo fundamental de la teoría cuántica. En realidad podríamos decir que es una consecuencia natural de difuminar la diferencia entre onda y partícula (aquí ya haremos mención al tema de la luz). Situación que me parece maravillosa tratar en cuanto a mediación a distancia se trata, ya que, todos los objetos y seres independientemente del tiempo y espacio (presencia física o presencia virtual) emitimos luz o refractamos luz y eso nos hace “visibles” ante la audiencia, ante otro u otra. Somos vistos y somos escuchados y a su vez escuchamos, vemos, razonamos, analizamos, interpretamos, creamos, proporcionamos información, damos respuestas, proponemos soluciones, en prieta síntesis “interactuamos”, no somos meros “hologramas” o como se diría desde la física clásica no somos meras partículas o puntitos en un monitor o pantalla que sólo puede estar en un sitio y tener una velocidad, pues si permitimos que esa partícula se “haga grande”, que se convierta en un objeto extenso, sus propiedades pueden ser más ricas, más complejas, y pueden ser diferentes a las de las partículas clásicas y estar compartiendo el tiempo cronológico y el espacio digital o virtual.
En definitiva, cuando damos el salto a la física cuántica estamos cambiando el carácter de algunos objetos: las partículas ya no son como pensábamos que eran, y si intentamos encajarlas en nuestras intuiciones clásicas a veces simplemente no es posible. De hecho, podríamos argumentar que el mero concepto de “posición” no es demasiado útil para describir una cosa que es extensa y ocupa un volumen tridimensional. Quizá el problema está en que hay que inventar propiedades nuevas, que sean más adecuadas para describir estos nuevos animales cuánticos. La superposición es una manera de hacer esto, y por eso se viene usando desde el mismo nacimiento de la teoría.
La mediación a “distancia” mediando la tecnología es un desafío que nos invita a ser creativos, a ser intuitivos a desarrollar en forma artesanal un proceso que acompañe y asista amorosamente a las partes y enseñe a las personas ya sean participantes o asesores legales o de otra índole según se trate, que se puede estar compartiendo, generando y resolviendo las diferencias utilizando la comunicación – hoy mediante otro canal – el digital.
El futuro será cuántico o no será. Y el mañana que nos espera es apasionante. La cuántica nos permitirá hacer lo que hasta ahora sólo podíamos soñar, afirma José Ignacio Latorre, catedrático de Física Teórica en la Universidad de Barcelona, director del Centro de Ciencias de Benasque Pedro Pascual y uno de los físicos españoles más reconocidos internacionalmente en el campo de la física cuántica
Escrito por Flavia Lorena Pereyra
Abogada – Mediadora – Docente Capacitadora
Fuentes
La razón on line
News BBC.com / Enciclopedia Británica
REFERENCIAS Borges y la física cuántica de Alberto Rojo Ball, Philip. Cuántica. Qué significa la teoría de la ciencia más extraña. Turner (2018) Whitaker, Andrew. Einstein, Bohr and the Quantum Dilemma. From Quantum Theory to Quantum Information. Cambridge University Press (2006) Albert Einstein, Boris Podolsky y Nathan Rosen. Can Quantum-Mechanical Description of Physical Reality Be Considered Complete? Physical Review, vol. 47, pp. 777-780 (1935) Carlos Navarrete-Benlloch. An Introduction to the Formalism of Quantum Information with Continuous Variables. Morgan & Claypool and IOP publishing (2015) Aneta S. Stodolna et al. Hydrogen Atoms under Magnification: Direct Observation of the Nodal Structure of Stark States. Physical Review Letters vol. 110, 213001 (2013)
コメント